Este es el verdadero amor de Dios, el que debemos reflejar en todo
momento, ese amor tan grande y poderoso que nos liberó del pecado para
darnos una vida abundante, proclamemos siempre con gozo ese gran amor.
"El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no
es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso. No es grosero
ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida
recordando lo malo que otros le han hecho. No aplaude a los malvados,
sino a los que hablan con la verdad. El que ama es capaz de aguantarlo
todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo. Sólo el
amor vive para siempre" 1 Corintios 13:4-8a (TLA)